sábado, 21 de febrero de 2015

Partida. Prólogo de un ensayo de aventuras.


Muchos pensamientos precisan de reflexión; otros sin embargo deberían escribirse nada más se idean ¿Qué hacer cuando una vez ha transcurrido casi medio año de incontables experiencias, todas se agolpan y no se sabe definir cuando terminan algunas y otras comienzan?

Cientos, miles… incontables individualidades de vidas compartidas pululan en sus independientes mundos en el aeropuerto de Schiphool. Todos aguardan unos instantes de inconexa convivencia el momento de sus inminentes capítulos; una parte quizás estarán en mitad ellos ¿Es esto así? La vida humana pues, es aquel libro cuyos capítulos se escriben a la vez: unos concluyen; otros no. Sin embargo, habrá tantos finales como uno los sienta.

Semejante disparidad global, del mismo modo que aleja el argumento de este ensayo de aventuras, igualmente lo acerca a su contenido. Pues ¿qué son las vivencias sin los sentimientos? Una roca puede ser todo lo que un consciente o subconsciente quiere decir: para unos pueden ser simples piedras; otros los llamaron oro o diamante. Sentimientos; emociones… sanos e insanos; justificados e imposibles.

En este mismo día, mi cuerpo , mente y corazón se hallan impacientes y dispuestos a cerrar el capítulo que alguien, llamado “Nadie”, quiso nombrar Turquía.

No sabría fijarlo en el tiempo, y es por ello que preciso de un cajón de sastre fabricado para recuerdos… cuando, en un baúl llamado “Infancia”, un niño como otro cualquiera; alguien muy querido y especial para este humilde narrador y pobre poeta; el mismo que hoy empuña este bolígrafo que tarde o temprano perderé… sentado frente al televisor viendo una gran película, concibió un gran sueño: nació en él el concepto fantástico y a la vez real de vivir mil y un aventuras (17/06/14). Preso de esa irrealidad, los años forjaron férreas ideas acerca de un estilo de vida difícil de entender; pues cuando el mundo gira en un sentido, es difícil hacerlo en el contrario y pretender arrastrar al mismo planeta. Eso, sería algo que tardaría mucho en darse cuenta.

Un lunes 3 de Febrero, mi mirada se dirigía a la encrucijada que resolvería grandes preguntas. Turquía – dijo “Nadie” – Turquía – dije (24/06/14). Fue entonces el final de una anunciada despedida; exactamente cuando las lágrimas de un padre precedieron al adiós de un hijo. Tras el control de seguridad, no existían más compañeros. Sólo la mochila y mis pasos hacia un mundo nuevo; un mundo que a veces se resiste, o que al menos intenta dejarnos fuera de juego (16/02/15). Había empaquetado miles de recuerdos, en contraste con el escaso volumen de equipaje. Sentí nostalgia; preocupación… e incluso miedo ¡Cuán raro se hacía viajar sin fecha de regreso! ¿Acaso no debía estar acostumbrado al hacerlo frecuentemente con mis sueños? ¿O es que verdaderamente volaba cuando habían aterrizado, por vez primera, todos ellos?   Turquía – dijo “Nadie” – Turquía – dije. Turquía es viajar al alba, mas sin embargo se hizo de noche. Pero ¿he de contar esto ahora, o quizás sería mejor contarlo en el capítulo venidero?

¿Qué tendría reservado el tiempo? (16/02/15)


Daniel Villanueva
Fotografía. Pensamiento 1:
 Y vi a través del cristal; o tal vez fue a través de un espejo…
 el pueril resultado del cuerpo ¿qué hay en él si no existen emociones?
 ¿Cómo se sienten? ¿Se auto-condicionan? ¿Pienso demasiado?

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