lunes, 19 de abril de 2010

El Arquero

Alto repite el juglar ante el público atento,
Quien presto se dispone a narrar la vida de un guerrero:

“Buenas noches críos y criadas, damas y caballeros,
Presto déjenme hablar, en calidad de itinerante plebeyo.
Aprovechen mi historia, ahora que la noche es larga y triste;
Compartan conmigo esta memoria, de quien jamás quiso ni supo hundirse…

Corría por los campos bajo un temporal traicionero,
Cuando en una cueva al acampar me tropecé con aquel noble velero:
Noble, por su aparente cortesía;
Velero, pues no atiende más que al viento de su rebeldía.

Sus metas eran tantas como para sumarlas y alcanzar el mismo cielo,
Más por ellas su corazón ardía, pese al aparente hielo.
Quizás muchas de ellas se contradecían
Mas ¿Cuál es la naturaleza de los sueños?

Sin duda muchas veces se cayó al suelo
¿Acaso usted no se ha tropezado? ¡Desde luego!
Mas, tan pronto como cae
Con fuerza se levanta, una y otra vez, siempre de nuevo.

Así, pronto el Destino con él quiso jugar
Y ante él dispuso un macabro tablero;
Pronto el autor del mundo pudo observar
Que ante él pocas trampas lo detenían al completo.

Tiempo después el Diablo lo quiso engañar,
Y bien saben todos que como él, no hay nadie más traicionero
¿Mas quién no ha presumido alguna vez de astuto
Y en la propia mentira ha caído como un borrego?

¡Marcha así el más sabio; el más viejo…
Marcha pues derrotado y descontento!

Pues en su vida no hay más norte que una gran meta
No lo hay si éstas son firmes y férreas;
No existe pensamiento más noble
Ni mayor fulgorosa idea.

Decidido, marcha pues nuestro hombre
En pos de una larga guerra,
Mas ya que le estáis conociendo
Permítanme indicaros una advertencia:

No estorbéis el camino de quien siempre anda dispuesto;
No bifurquéis su vida, cuando sólo en vuestro final existe lo yermo;
No calumniéis contra aquel que vive de sus sueños
No oséis jamás con él enemistaros; no, contra un decidido arquero.”


Daniel Villanueva
09/10/09 - 04/04/10

Creado y recuperado de un minúsculo fragmento