martes, 31 de julio de 2007

Último Desfile

Toda historia tiene su fin

Pues nada dura eternamente

¿Qué alma se atrevería a vivir

en una tierra inexistente?


Un extraño brillo cubre las sombras;

El aire cobra perfume en un sin fin de aromas

Una singular lluvia color púrpura emana del cielo:

Son las lúgubres rosas, despetaladas y al viento...

Viento: no más que una suave brisa que a la mañana acompaña...

Que lo agita todo pese a la calma.

Único prestigio de sonido...

Lejos suena una campana con profundo tañido.

Los pétalos bailan... la brisa se agita

Cae singular lluvia sobre el pueblo que grita

Con voz endeble, todos erguidos y miradas al frente:

“¿No es él quien un día vino a verme?”

En un altar al sol yace un hombre antaño malherido

Que ante todos se muestra hoy inerte.

Aún conserva su rostro embellecido...

Mañana no estará presente.

Levantan su cuerpo a hombros, camilla vigente.

Pronto inicia su triste avanzar.

Largo es su recorrido ¡todos podrán verle!

Una suave brisa trae consigo un olor a azahar

El gentío enmudece

Desfila ante ellos el amor

Y tras él la esperanza perece.

Suave brisa que sus cabellos mueve

Largos ellos... de la camilla penden.

Qué tierno rostro y que impronta muerte.

Su alma lloraba en dolor,

Mas fuera su firme semblante aún permanece.

¡Firme al amor!

¡Firme a la esperanza!

¡Qué eterno dolor

desgarrada flagrancia!

El desfile toca a su fin

El templo aguarda su llegada.

Llegó el final de este existir...

Su lápida está reservada.

Abran las compuertas

Y tras ellas verán un brillo color esmeralda:

Allí reposará su alma feliz

Y por siempre junto a su espada.

Espada de eterna lucha

Y que hoy acaece.

Ojalá pronto vuelva a resurgir,

Y su portador... regrese...

Daniel Villanueva

2/11/06