lunes, 3 de enero de 2011

Con Cariño...

Ahora que el cambio climático incluso a mi alma atañe, calentando las aguas de un glaciar construido con urgencia; ahora que las cenizas no se han dispersado y los bosques aún arden, arrasándolo todo sin clemencia; ahora, no habrá buenas palabras, sino aquellas, las más afiladas y mortales sin atisbo de indulgencia:

Érase una vez la iniquidad torcida, exuberante y arrogante, ataviada con nobles doctrinas y exhibida cual noble estandarte; érase si no la clase más hundida, reina pulcra de las alcantarillas, sin coloquio ni arte.

Érase la blasfemia encendida, encolerizada y enfermiza, más todo en la creencia de su burda sabiduría y razón; mas no era más que un “Trivial Pursuit” de quesos rositas, y tanto que presumía, los maquilló tiñéndolos de otro color.

Érase el ataúd más elegante de caoba, zafiros y diamantes… con el mayor putrefacto interior ¡Bien valga la parábola de ése que llama Jesús Creador! De ese busto; de esa talla; de esa estampa… simple exterior.

Érase sus conspiraciones indeseables, las “envidias” hacia su parte ¡El violento y el traidor! Érase los “nunca has hecho nada”; sus pensamientos y artimañas, más sus gritos a viva voz.

Érase la extinción de la esperanza; una energía negativa que desprende y te aletarga; una constante amenaza… mi anhelado adiós.

Con esto, freno la tinta que aún hierve, sellando esta dedicatoria lanzada a la suerte; sientan miedo si al leer se dan por aludido/a; mi mente alguien ya ha señalado, muy convencido ¿Te señalará a ti el destino?


Daniel Villanueva
30/06/10 – 01/07/10
Mal camino si te ves reflejado/a

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