¿Qué es de esa llave serena y arpía
Causante de toda entropía,
Y que los ángeles denuncian?
¿Dónde aguarda la estaca para mi agonía,
Sin oportunidad para la rebeldía,
Y cuya visión angustia?
¿Acaso de entre sus ramas he de beber
Las gotas de sangre de mis heridas verter?
Gruesas son sus espinas.
Su gesto: cruel.
Trate de encontrar la salida,
Pues sus pétalos no más que hipnotizan
¿No lo sabía usted?
¿Qué harás de mí, rosa mía,
Sino torcer mi alegría,
Y rendirme a tus pies?
¿Qué harás, reina de la osadía,
Sino desgajar mi armonía,
Y dañar mi gélida piel?
No tienes otro nombre…
Daniel Villanueva
03/02/09
No hay comentarios:
Publicar un comentario