No es verde ni rugosa mi piel;
Quizás sí, mi alma en parte.
Jamás atesoré oro ni miel,
Pues un charco es mi baluarte.
Mi rostro no contiene verrugas,
Mas con la edad será historia aparte;
Mi alma no es santa y pura,
Pero justo ahora… sólo desea amarte.
No podré ofrecerte tierras con su castillo,
Al no ser que por ellos caminemos apenas sin pararse;
Pues no pude ser noble doncel cuando chiquillo;
Pretender serlo sería pasarse.
Sólo trataré ser dueño de tu piel,
A base de caricias y besos por mi parte.
Despertaré para ofrecerte galletas con miel
Y el corazón será nuestro baluarte.
La rana que antes era ya no contiene verrugas;
Aquella imagen ya es historia aparte.
Mi alma sigue sin ser santa y pura,
Mas tiempo después, sigue queriendo amarte…
Ya ves… que del todo no soy rana;
Que tras aquel beso en la escalera fundidos
De la tierra brotó una rama,
Y tras sus verdes e inocentes hojas,
Lo que antaño anfibio fue…
Ahora es un príncipe de verde capa.
Daniel Villanueva
23/07/10 – 04/08/10
¿Quieres besarme?
Disculpas al ¿posible lector? por no aparecer en Julio;
Gajes de unas magníficas vacaciones sin previo aviso.
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